La fruta como argumento "per sé" en la charla de bar se viene usando desde épocas inmemoriales, pero su aplicación en la retórica exige se le justifique con argumentos válidos, sinó, es no más que cualquier otra falacia.
Por eso digo, a mí no me quema como diga las cosas, porque se que le falta algún caramelo y ello como sus efectos no me hace el día ni evita que se haga.
Siendo un elemento intrascendente es totalmente ignorable y oriento las energías hacia el discurso/mensaje, que es el que transmite un problema social real.