Hoy es 16 de junio, día en que transcurre la festividad más o menos reciente de Bloomsday. Esta festividad si así quiere llamársela, es la conmemoración y celebración anual de la vida del escritor irlandés James Joyce celebrada en el día en que transcurren los eventos de su novela Ulysses.

Si bien distintas actividades son llevadas a cabo en varios países, cobra notoriedad en Dublín siendo el lugar de nacimiento de Joyce y donde transcurren los eventos de la novela, por lo que es común que centenares de personas visiten Dublín con la intención de recrear los paseos que realizó el protagonista de la novela, Leopoldo Bloom. Se suele organizar una caminata popular que termina en el famoso pub Davy Byrnes, el local donde Bloom realizó una de sus pausas para el almuerzo y donde, según la novela, adquirió un sándwich de queso Gorgonzola y un vaso de vino de Borgoña. La tradición «obliga» a llevar un atuendo propio de la época –la novela se publicó en 1922–, donde destacan los sombreros y las gafas de cristales redondos.

Esta es una primera versión, porque según el James Joyce Center se eligió el 16 de junio para recordar un episodio que vivió Joyce en primera persona con la que luego sería su mujer. «Creemos que en ese día Joyce salió por primera vez con Nora Barnacle, su futura esposa. Joyce y Nora se vieron el viernes 10 de junio 1904 y acordaron reunirse de nuevo el martes 14 junio pero Nora no apareció». No fue hasta el día 16, según el biógrafo de Joyce, cuando ambos pasearon juntos por Ringsend.

Sobre Ulises


Ulises relata el paso por Dublín de su personaje principal, Leopold Bloom y de Stephen Dedalus —ambos, según algunos autores y de acuerdo con la costumbre de atribuir elementos autobiográficos a las obras literarias, álter egos del autor: Leopold (Joyce viejo) y Stephen (joven)—, durante un día cualquiera, el 16 de junio de 1904. Joyce escogió esa fecha porque fue el día en que se citó por primera vez con la que después sería su pareja, Nora Barnacle. El título alude al héroe de la Odisea de Homero. Existe todo un sistema de paralelismo (lingüísticos, retóricos y simbólicos) entre las dos obras (por ejemplo, la correlación entre Bloom y Odiseo, así como la que existe entre Stephen Dedalus y Telémaco).

Uno de los rasgos más importantes del libro está en que Joyce utiliza un estilo diferente para cada capítulo. El más usado es el de monólogo interior («corriente de la conciencia» —stream of consciousness— en la terminología de William James), que consiste en expresar los pensamientos del personaje sin una secuencia lógica, como ocurre en el pensamiento real. La culminación de esta técnica narrativa es el epílogo de la novela, el famoso monólogo de Molly Bloom, en el que el relato, sin signos de puntuación, emula el fluir, libre y desinhibido, del pensamiento.

Esta novela considerada por gran parte de la crítica la mejor novela en lengua inglesa del siglo XX. Según el crítico y traductor español Francisco García Tortosa, Ulises es una de las novelas más influyentes, discutidas y renombradas del siglo XX. El libro ha sido objeto de numerosos y profundos estudios, críticas y controversias.

Según el estudioso Harry Levin, las claves para la comprensión de esta novela son su simbolismo épico, basado en La Odisea de Homero, y también su atmósfera naturalista, fiel reflejo de la ciudad de Dublín.5 Este mismo crítico ve en la obra una elusiva y ecléctica summa artística de su época. El Ulises compendia «el montaje cinematográfico, el impresionismo pictórico, el leit-motiv en música, la asociación libre del psicoanálisis y el vitalismo en filosofía. Tomen de estos elementos todo aquello capaz de ser fusionado, y aun algo más, y obtendrán el estilo del Ulises». Aúna además la metafísica alemana (el Strom des Bewusstseins o corriente de conciencia) con la retórica francesa (el monologue intérieur), pero Joyce obtiene sus efectos metafísicos por procedimientos retóricos, ya que el monólogo interior es más apto para el análisis crítico que la corriente de conciencia.

Para William York Tindall, si una sola lectura no es suficiente para comprender a Thomas Mann, Marcel Proust, William Faulkner o Joseph Conrad, muchas lecturas no lo son para profundizar en Ulises. Este crítico, siguiendo a William Monk Gibbon, considera esta novela tan divertida como instructiva.

El crítico Edmund Wilson defendió el Ulysses contra la acusación lanzada por el novelista Arnold Bennett de encerrar un «colosal resentimiento contra la humanidad»: «Joyce, incluyendo todas las bajezas, hace que sus figuras burguesas conquisten nuestra comprensión y respeto dejándonos ver en ellas los dolores de parto de la mente humana siempre esforzándose por perpetuarse y perfeccionarse, y del cuerpo siempre trabajando y palpitando para hacer surgir alguna belleza desde su sombra.» Y agregó: «Desde que he leído Ulises, la calidad de los demás novelistas me parece de insoportabilidad floja y descuidada».

Umberto Eco alude a las visiones negativas de Jung y Curtius: «Ulysses es el libro en el que se procede a la destrucción del mundo, dice Jung; E. R. Curtius (1929) confirma que en sus raíces hay un nihilismo metafísico y que, en él, macrocosmos y microcosmos se fundan en el vacío mientras toda la cultura de la humanidad deflagra y se convierte en cenizas como en una catástrofe cósmica». Pero, según Eco, lo que hizo Joyce en realidad fue «darnos la imagen de un mundo en que acontecimientos múltiples (y está en el libro la suma de las referencia culturales, Homero, la teosofía, la teología, la antropología, el hermetismo, Irlanda, la liturgia católica, la cábala, los recuerdos de la escolástica, los acontecimientos cotidianos, los procesos psíquicos, los gestos, las ilusiones sabáticas, los vínculos de parentesco y de elección, los procesos fisiológicos, olores y sabores, ruidos y apariciones) chocan y se componen, se remiten el uno al otro y se rechazan, como en una distribución estadística de acontecimientos subatómicos, donde el lector puede dibujar perspectivas múltiples sobre la obra-universo».

Sobre Joyce

Escritor irlándes modernista que escribió en un estilo novedoso (perfeccionando el flujo de consciencia visto antes en otros escritores) que fue conocido tanto por su complejidad como por su contenido explícito que lo llevaría a tener más de un problema legal.

La Encyclopædia Britannica destaca en el autor el sutil y veraz retrato de la naturaleza humana que logra imprimir en sus obras, junto con la maestría en el uso del lenguaje y el brillante desarrollo de nuevas formas literarias, motivo por el cual su figura ejerció una influencia decisiva en toda la novelística del siglo XX. Los personajes de Leopold Bloom y Molly Bloom, en particular, ostentan una riqueza y calidez humanas incomparables.

El editor de la antología The Cambridge Companion to James Joyce [Guía de Cambridge para James Joyce] escribe en su introducción: «A Joyce lo leen muchas más personas de las que son conscientes de ello. El impacto de la revolución literaria que emprendió fue tal que pocos novelistas posteriores de importancia, en cualquiera de las lenguas del mundo, han escapado a su influjo, incluso aunque tratasen de evitar los paradigmas y procedimientos joyceanos. Topamos indirectamente con Joyce, por lo tanto, en muchas de nuestras lecturas de ficción seria de la última mitad de siglo, y lo mismo puede decirse de la ficción no tan seria»

A lo largo de su vida, entre 1907 y 1939, Joyce publicó una obra corta pero intensa, debido a lo cual suele ser considerada libro a libro. Consta de una colección de cuentos: Dublineses, dos libros de poesía: Música de cámara y Poemas manzanas, una obra de teatro: Exiliados, y las tres novelas que lo hicieron célebre: Retrato del artista adolescente, Ulises y Finnegans Wake. De este autor se conservan además una novela inacabada: Stephen Hero, un conjunto de ensayos, en prosa y en verso, algunos poemas sueltos y dos cuentos infantiles que dedicó a su nieto, así como abundante correspondencia. Joyce recibió importantes influencias de los siguientes autores: Homero, Dante Alighieri, Tomás de Aquino, William Shakespeare, Edouard Dujardin, Henrik Ibsen, Giordano Bruno, Giambattista Vico y John Henry Newman, entre otros.

Incluso para quienes no acostumbran leer novelas, recomendaría mucho leer lo que Joyce ha escrito. Quizás no comenzando con Ulises, pero sí con el más accesible Retrato de un artista adolescente o las historias cortas de Dublineses.

Fuentes:

James Joyce en wiki
Joyce en Bio.
abc.es
Bloomsday en wiki